sábado, 9 de octubre de 2010

Estrés

El estrés es una respuesta fisiológica a un cambio en el entorno o a exigencias muy altas. El estrés prepara el organismo para huir o para luchar.


Una subida de estrés provoca gran cantidad de hormonas, tales como la adrenalina, noradrenalina, serotonina, dopamina, endorfinas y testosterona. Estas hormonas necesitan un tiempo para crearse, y un tiempo para ser asimiladas de nuevo por el organismo.

La adrenalina recoge energía de la piel y el aparato digestivo y la pasa a los músculos para una posible huida, las endorfinas son analgésicos naturales para contrarrestar el dolor de una posible herida durante la lucha, la serotonina se encarga de regular los niveles de estrés y la noradrenalina regula los niveles de energía.

Entonces el estrés es bueno y necesario, ayuda a adaptarse a situaciones nuevas.


El problema se encuentra cuando este tipo de estrés se mantiene frecuente y prolongadamente. Por ejemplo la adrenalina puede tardar hasta 6 días en volver a sus niveles normales después de una fuerte subida de estrés. Si éste ciclo no se respeta, se produce un estrés residual en el organismo que nunca llega a eliminarse por completo, convirtiéndose en estrés crónico. Los niveles de adrenalina siempre están altos, por lo tanto los músculos siempre estarán tensos y alertas. La serotonina y dopamina se agotan pudiendo aparecer síntomas de depresión, con la testosterona alta se está más irritable, y la continua producción de endorfinas puede provocar una adicción al estrés.


El estrés hace al individuo más reactivo ante situaciones en las cuales no reaccionaria estando en un estado de tranquilidad.


Después de un incidente estresante, todos hemos actuado de manera exagerada y desmedida ante alguna situación que nos ha molestado, y luego estando en casa con más calma, nos hemos dado cuenta que no era para tanto. En ese momento reaccionamos así porque estamos más irritables a causa del alto nivel de estrés en el organismo.


Ahora traslademos esto a los perros. Por naturaleza, son seres tranquilos. Pasarían la mayor parte del día descansando, ahorrando energías para la hora de ir a cazar, o por si hay una emergencia y hay que huir.

Partiendo de esto, a los perros los estresamos continuamente, interrumpimos su descanso con nuestras caricias y juegos, carreras cuando suena el teléfono, paseos estresantes porque llegamos tarde. Incluso resultamos violentos con ellos, por ejemplo, bajándolos a empujones del sofá, con tirones de correa, castigos, correcciones…

El perro nunca llega a bajar los niveles de estrés por completo, provocando un estrés crónico que hace que siempre esté alerta a lo que pasa en su entorno, percibiendo casi cualquier situación como una amenaza para él.

Éste perro probablemente presentará síntomas de hiperactividad o depresión, se asustará cuando pasemos cerca de él si está dormido, ladrará al escuchar cualquier ruido, mostrará comportamientos agresivos o simplemente estará todo el día tenso detrás nuestro, incapaz de estar tumbado sin hacer nada.


Conociendo los efectos secundarios del estrés diario en nuestros perros, quizá deberíamos replantearnos nuestra manera de interactuar con ellos. Entenderlos y respetarlos como se merecen por el esfuerzo que demuestran al integrarse en nuestras vidas.



David Alejandre > Babylon Dog



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